Fragmento
- Me voy, me voy, me voy...
Su cabello rubio volaba rozando las paredes mientras caía, dejándo en el trayecto huellas apenas reconocibles de humedad y un hilo largo y elástico que se estiraba hasta su entrepierna, saliendo por debajo de la falda y deteniéndola o dejándola suspendida en el aire mientras resistía aferrado a la orilla del pozo hasta que el peso de Alicia lo hacía desprenderse y caer junto con ella. La incertidumbre que figura como personificación del vacío o más especifico de caer al vacío, producía en ella una vibración y una especie de cosquilleo que era más un tipo de ansia comenzando en el cuero cabelludo, recorriéndola toda hasta que las piernas por impulso se ponían duras.
La impotencia que sentía al no poder penetrar la afligía, causaba en ella una angustia insoportable pero familiar, más que común, una ofuscación que caía gota a gota hasta inundarlo todo. Aquello que nunca lograba alcanzar (parecía tener tanta prisa que apenas dejaba huella en forma de espasmo) estaba por fin visible...
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